Quiero compartir con ustedes un comentario de un profesor chileno que est� en EE.UU., que por petici�n de Noam Chomsky, nos solicit� un documento sobre el cobre. �l dice: �le acabo de echar una ojeada y s�lo puedo decir que la indignaci�n es tanta que ni siquiera puedo concentrarme para escribir este par de l�neas. Todo lo que ustedes denuncian es incre�ble, pero m�s incre�ble es c�mo se oculta todo de la opini�n p�blica. Hace como cuatro meses que no me fumo un pucho, pero voy a tener que salir a comprarme una cajetilla para calmarme un poco�. Se trata de un profesor chileno de una universidad norteamericana, que se est� informando permanentemente de lo que pasa en Chile.
El gobierno de Michelle Bachelet ha enfrentado los problemas y los movimientos sociales con los recursos de un porcentaje m�nimo de lo que aporta el cobre. Sin esos recursos, la sociedad chilena estar�a en una situaci�n bastante cr�tica, incluso desde el punto de vista de una situaci�n de explosi�n social.
El cobre es nuestra principal riqueza natural. Su exportaci�n representa un 60% del total exportado. Chile tiene un 0,5% del territorio mundial y el 40% de las reservas mundiales de cobre. Para entender la importancia internacional que ello significa, la OPEP produce el 37% de la exportaci�n nacional de petr�leo y Arabia Saudita el 11%. La OPEP son 11 pa�ses. Chile, como un solo pa�s controla el 36% de la producci�n de cobre. Las exportaciones de petr�leo de Venezuela alcanzan 51 mil millones de d�lares. Las exportaciones chilenas de cobre constituyen el 71% de las exportaciones del petr�leo de Venezuela, con datos del 2006. El petr�leo en M�xico es muy importante. Fue nacionalizado en fecha bastante anterior a la nacionalizaci�n del cobre y las exportaciones de PEMEX son menores que las exportaciones chilenas.
Ustedes saben que la nacionalizaci�n del cobre se hizo con una Reforma Constitucional, y no s�lo por una ley. Allende plantea al Congreso que esa situaci�n es tan importante para Chile, al punto que va a significar una segunda independencia, que tiene que quedar establecido en la Constituci�n.
La decisi�n soberana de nacionalizar el cobre por v�a de la Constituci�n, se apoya en resoluciones de Naciones Unidas, que establecen que los recursos naturales deben estar bajo formas soberanas y servir en beneficio de los pueblos y de los estados donde est�n esos recursos; y que la vulneraci�n de eso puede crear dificultades internacionales.
La nacionalizaci�n del cobre ha sido lo m�s importante desde el punto de vista econ�mico, social y pol�tico del siglo XX, y sin embargo por una simple normativa, que la dictadura denomin� concesi�n plena, eso se revirti�. Jos� Pi�era defini� la concesi�n plena a�n con mejores caracter�sticas que la propiedad privada. Es realmente incre�ble. El propio Pi�era dice �me concentr� un mes a estudiar las legislaciones de la historia y en la situaci�n contempor�nea y he descubierto la forma de disolver el nudo gordiano�. As� entrega en propiedad privada los yacimientos, a pesar de que la Constituci�n dice que el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo e imprescriptible de todas las minas.
Radomiro Tomic dijo que la concesi�n plena fue tramitada y aprobada en secreto, bajo el supuesto absoluto e irremediablemente err�neo de que el progreso cient�fico y tecnol�gico llevar�a al cobre a un metal sin valor, por lo que Chile debe apresurarse a extraer y exportar la mayor cantidad posible en el menor tiempo, para lo cual es indispensable ofrecer las garant�as y privilegios que sean necesarios al gran capital internacional. Esa es la toda justificaci�n detr�s de la propuesta de Jos� Pi�era.
No existe legislaci�n minera en el mundo como la concesi�n plena, en la cual se privilegie y garantice, y se mejore, los derechos al titular del dominio privado, sin plazo de t�rmino, irrevocable, inmodificable y en caso de expropiaci�n, con pago del valor comercial del yacimiento, no s�lo de las inversiones, sino tambi�n el pago de los flujos futuros. O sea, Chile tendr�a que pagar los yacimientos de cobre, incluyendo los subproductos, hasta el momento en que se agoten. Adem�s, dice Radomiro Tomic, la concesi�n plena faculta al concesionario para hacer lo que quiera, con los socios que quiera y cuando quiera, con los derechos que ella le asegura sobre el mineral, que retira gratuitamente. Puede venderla, arrendarla cederla, aportarla, hipotecarla o transmitirla en herencia.
Se ha llegado a estos extremos por estimar que el cobre ser� un metal obsoleto.
En esa �poca estaba muy presente la historia del salitre. El cobre tiene una situaci�n totalmente diferente. Casi todos los energ�ticos se convierten en energ�a el�ctrica. La energ�a el�ctrica tiene que ser distribuida necesariamente por cobre como uno de los conductores principales. Tomic se�al� que quien controla el cobre, controla Chile, y dijo tambi�n que Codelco quedar� arrinconado. C�mo negar que qui�n controla el cobre controla Chile. Controla todo el proceso minero industrial, y eso es lo que ha pasado realmente. El programa de la Concertaci�n dec�a autonom�a y soberan�a nacional en el cobre, y daba una serie de elementos en relaci�n a la producci�n, al precio, al valor agregado, a la defensa de Codelco, al desarrollo de la ciencia en Chile. Pero en la realidad pas� lo contrario.
Durante la dictadura se crearon las condiciones jur�dicas para el ingreso del capital extranjero; pero el riesgo de hacer esa inversi�n era muy grande. Incluso asesores chilenos de las empresas extranjeras recomendaron que no se hicieran en ese momento. Es en el per�odo de la Concertaci�n cuando se hace cerca del 85% de las inversiones extranjeras en la miner�a. El programa de la Concertaci�n dec�a que hab�a que aumentar la producci�n en forma regulada, en funci�n de las condiciones de mercado. Pero, en lugar de eso, se pas� de niveles de mill�n y medio de toneladas anuales, a cinco millones. Chile se demor� 90 a�os para producir un mill�n y medio de toneladas en el siglo pasado, y despu�s, s�lo en seis a�os, se increment� la producci�n en una cantidad similar a la que se hab�a incrementado en 90 a�os. Ese es el per�odo en que se genera la sobreproducci�n mundial de cobre desde Chile, con una baja profunda y prolongada del precio.
En 1997 las empresas extranjeras controlaban el 4,5% y Codelco controlaba el 100% de la gran miner�a, que es la que cuenta. En 2006, las empresas extranjeras controlan el 70%; ahora ya es el 71,5%. Esta es una situaci�n incre�ble.
Chile ha aumentado su participaci�n en el mercado mundial. En los documentos del gobierno, del ministerio y de Codelco se se�ala esto como un gran �xito. Sube de 13% en 1980, a 35% en el mercado mundial. Pero Codelco, que hab�a aumentado su participaci�n a 13,3% en 1990, empieza a disminuir hasta 11% en 2006, y las extranjeras que operan en Chile aumentan su participaci�n de 2,1% en 1980, a un 24,2% en 2006. Es decir el incremento que se presenta de Chile es de las empresas extranjeras, que incluye todo el incremento, m�s lo que disminuye Codelco.
En Chile existi� como historia aplicada, con diferentes �nfasis por los diferentes gobiernos, que en Chile deber�a refinarse todo el cobre y empezar la manufactura. Sin embargo, la producci�n de concentrados de cobre de las empresas extranjeras pasa del 27,4% en 1990, al 54% en 2006. Por tanto, estas empresas no tienen fundici�n ni refiner�a. El concentrado de cobre, que tiene s�lo 30% de mineral y el resto es tierra, es la forma fundamental de producci�n de estas empresas. Entonces, cuando se hace un balance comparativo con Codelco, su costo tiene que ser mayor porque tiene fundiciones y refiner�as. Eso ha modificado fundamentalmente la situaci�n chilena. De las exportaciones totales de concentrado de cobre, las empresas extranjeras exportan el 88% y el 12% lo exporta Codelco.
En Chile hubo un aumento de la producci�n mayor al aumento de la demanda mundial, y eso baj� profundamente los precios del a�o 1996 a 2003, con un promedio en torno a 60 centavos. En esa �poca hicimos una serie de trabajos donde plante�bamos la necesidad de que Chile ajustara la producci�n a las condiciones del mercado mundial, o sea no producir m�s que la demanda mundial. Despu�s de mucha discusi�n, eso se acept�. Las empresas extranjeras y Codelco acordaron disminuir la producci�n, y la estatal form� un stock regulador.
Los precios de inmediato empezaron a subir, adicionalmente con un incremento de la demanda de China. Las m�s beneficiadas fueron las empresas extranjeras y esto no es novedoso. Se lo hemos dicho incluso a la Presidenta de la Rep�blica.
Nosotros estimamos que en 2006 las empresas extranjeras obtuvieron utilidades de 20 mil millones de d�lares, con datos del Banco Central. Para entender esto hay que hacer una relaci�n entre las ventas globales y los costos. Ellos informan un poco menos de 19 mil millones de d�lares de utilidades, considerando depreciaci�n e intereses. O sea, las utilidades de un a�o son mayores a las inversiones extranjeras brutas en la miner�a chilena de 1974 a 2005, que suman 19 mil millones. O sea un a�o de utilidades amortiz� inversiones de 32 a�os. Son las inversiones que han permitido la desnacionalizaci�n del cobre. En un a�o se financian, o cubren, todas las inversiones. Las empresas realizan inversiones y empieza el proceso de depreciaci�n, en el caso del cobre en forma acelerada. Es un retiro de capital por desgaste. Si hacemos la operaci�n, la inversi�n extranjera neta, todo con datos oficiales 1974-2005, es la mitad de la inversi�n bruta, es decir, cerca de 10 mil millones de d�lares. Por lo tanto, las ganancias del grupo extranjero en el cobre son el doble de las inversiones netas.
Adem�s, si hacemos un an�lisis adicional, gran parte de las inversiones ha sido con reinversi�n de utilidades del a�o anterior. Los 20 mil millones de d�lares en ganancias el 2006 equivalen al 17 % del PIB; al 75 % del Presupuesto del Estado y son m�s de 2 veces los presupuestos conjuntos globales de los ministerios de salud y educaci�n, y mayores a la suma del PIB de Bolivia y de Paraguay.
Estas ganancias se deben a que se apropian de la renta minera, que es el valor del recurso m�s las ganancias normales, y tambi�n a que se apropian de una parte de la masa salarial, porque esas empresas ocupan mucho trabajo de empresas contratistas y subcontratistas. O sea, ah� hay parte de salarios chilenos que ha pasado a las ganancias. Pero lo fundamental est� en la renta minera, que tiene que ver con el precio. Los errores fundamentales son, primero, que el cobre iba a ser obsoleto. Es un error tremendo que marca toda la historia reciente.
Segundo, a pesar de que Chile tiene una participaci�n del 36%, mayor o similar a la de la OPEP en los mercados correspondientes, es tomador y no formador de precios, debido a que el neoliberalismo entiende que los mercados funcionan libremente. El tercer error es estimar el precio futuro deliberadamente bajo en los presupuestos nacionales. Estaba fijado en 90 centavos de d�lar. Ahora que est� a 3,50 d�lares, es posible que lo suban de 125 a 140. Nuestros trabajos demuestran que hay un cambio de los t�rminos de intercambio desde una situaci�n desfavorable a una situaci�n favorable, en el caso de energ�ticos y metales. No es una cosa de ahora y va a ser un cambio hist�rico, o sea, va a haber muy buenos precios.
Nosotros planteamos renacionalizar el cobre y un control democr�tico y transparente de Codelco. La renacionalizaci�n tiene que ser impulsada por un proceso creciente de captar la renta, y posiblemente captar tambi�n la propiedad de algunas empresas y yacimientos. En realidad, la desnacionalizaci�n del cobre ha sido posible con la complicidad de los dirigentes pol�ticos y de la mayor�a de los centros de estudio de universidades tradicionales. Algunos dirigentes dicen que no quieren ser parte de esa estrategia c�mplice. Por nuestra parte, denunciamos esto como el robo del siglo XX y del siglo XXI. Codelco deber�a ser transparente y eficiente y Chile tiene que ir a la renacionalizacion del cobre. |